¿Cómo se aprende en espacios montessori?

Partamos de la necesidad de los niños de estar en movimiento y de que vamos a respetar esa necesidad. Por lo tanto, imaginemos que en un espacio Montessori los niños pueden desplazarse libremente por el aula y elegir el espacio en el que quieren trabajar.

La dimensión de los salones Montessori es bastante grande y la distribución del ambiente no es uniforme. Los alumnos están mezclados en distintas edades, por lo general, tres cuatro y cinco años; seis siete y ocho; nueve diez y once. También en secundaria se mezclan los alumnos.

El silencio, el respeto en los tiempos de espera, el orden y la limpieza son fundamentales, todo está en su sitio y siempre limpio.

Los encargados de mantener todo en perfecto estado son los alumnos. Así se fomenta la autonomía y el sentido de respeto, al espacio y a los demás.

Las sillas y mesas, se  adaptan a las distintas edades y hay  también alfombras y puf de tamaños diferentes para que los alumnos puedan hacer sus tareas en el suelo o como mejor les apetezca.

En un aula Montessori es fundamental la preparación del espacio, que consiste en todo lo anterior, en cuanto a distribución de mobiliario, la falta de uniformidad, así como la colocación de los materiales y el acercamiento del conocimiento a los alumnos. Todo está al alcance de los alumnos y todo está para ser utilizado por ellos.

El encuentro, por la mañana, se hace de forma muy natural, van llegando poco a poco, se saludan entre sí y al profesor y cada uno se pone a trabajar en la tarea que corresponda, según su elección y con el material adecuado, no sin antes haber dejado sus objetos personales y zapatos en el lugar adecuado. El trabajo puede ser individual o en equipo. Es muy común que los alumnos se junten, según sus intereses, indistintamente de la edad de cada uno, (la mejor forma para trabajar por proyectos). Son los propios alumnos los que dejan constancia de sus tareas en su porfolio personal (cuaderno de trabajo).

El papel del adulto es fundamental precisamente por su no intervención y permisividad para que los alumnos se muevan, trabajen, compartan, debatan, etc., según sus intereses y necesidades.

Mientras la mayoría de alumnos trabaja en su planificación semanal, quincenal, proyectos etc. el profesor, en grupos de tres cuatro alumnos y  de forma personalizada, comprueba los logros de cada uno, se comentan los resultados, se aclaran dudas, se expone lo aprendido, se debate,  etc. y se llega a la evaluación de la consecución de objetivos y estándares, así como de la adquisición de competencias, sin exámenes ni deberes para casa. Todo se hace en clase.

El desarrollo del trabajo con materiales Montessori consigue que el alumno construya conocimiento por el mismo y sea capaz de mostrarlo. Los propios materiales son auto correctivos y esto hace que, permitiendo el error, por parte del adulto, el alumno aprenda por sí solo.

Esta metodología garantiza el respeto a la esencia de cada niño, se adapta a las necesidades del mismo y a como aprende el cerebro. Al mismo tiempo, consigue que el niño respete los límites, las normas, los tiempos de espera, los materiales, a los compañeros, etc.

Varios adultos que solo observan, los alumnos de distintas edades interactuando y aprendiendo unos de otros, el diseño del espacio, la ordenación de los materiales, el movimiento en armonía, el silencio etc. junto a unas relaciones amorosas, hacen de estos espacios el ideal para el logro de un auténtico acto educativo en toda su plenitud.

El rol del maestro guía es fundamental, en su trato, tanto para los alumnos en grupo, como de forma personalizada, favorece la adquisición y desarrollo de las herramientas, que el niño necesita para su investigación e interés por aprender cosas nuevas y que realmente le sirven.

En ADN Centro educativo, a nuestros salones Montessori les incorporamos la enseñanza de dos lenguas extranjeras (inglés francés, la utilización de las nuevas tecnologías, la programación y la robótica, el respeto al juego simbólico, como parte de la imaginación del niño y por supuesto, la experiencia del docente.

María Montessori es tremendamente significativa y de gran ayuda para los que deseamos el cambio de paradigma en educación, pero somos conscientes de que entre ella y nosotros ha pasado un siglo y la escuela tiene que estar acorde con el entorno y con el momento en el que el niño se desarrolla.

Mª Dolores González Valverde

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