La base del éxito se encuentra en premiar el error
Este nuevo año, recomiendo, practicar LA CONFIANZA para conseguir éxito, enseñando y aprendiendo.
Tenemos la llave para abrir la puerta de nuestro éxito personal y el de los alumnos. Basta con creer que todo es posible y que todo está y nace en cada uno. Cuando un adulto, padre, docente, etc. confía en sus posibilidades y en las de los niños, todo se reduce a educar la voluntad para que no nos abandone en el empeño de llegar donde nos propongamos.
Saber que la voluntad y solo ella conduce al éxito supone practicar una y otra vez el efecto del fracaso y del error como fuente de reflexión y de aprendizaje. La labor del adulto es conseguir que los niños pierdan el miedo a equivocarse y arriesguen en sus decisiones y que no se conformen con soluciones aceptadas como únicamente válidas.
La satisfacción ante el éxito, debe ir precedida, siempre, de un error o fracaso previo, e incluso más de uno. Hay quien asegura que para que haya auténtica garantía de acierto y de éxito se debe haber fracasado, como mínimo, en dos intentos anteriores. Esto es lo que lleva a la reflexión imprescindible, que conduce a la madurez y a la sabiduría.

Esta actitud estará basada en la confianza mutua y plena de los unos en los otros a la hora de crecer y recorrer el camino, que nos ha tocado hacer juntos y hacerlo sintiéndonos orgullosos de nuestros errores, seguidos de nuestras reflexiones.
Para medir el éxito educativo, en este sentido, vamos a intentar medir el nivel de verdad que pueda haber en todo ello y el criterio en el que nos vamos a basar para medirlo va a ser el nivel de felicidad que experimentemos en el colegio, en su día a día.
A partir de hoy todos vamos a preguntar, a nosotros mismos y a los demás, de forma permanente, si SOMOS FELICES en ADN Centro Educativo. Pido encarecidamente que tomemos consciencia de si realmente la felicidad impregna la vida colegial en ADN Centro Educativo.
Muchas gracias por ello.
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