S.O.S a la Enseñanza Secundaria “Nos sentimos atrapados como en una cárcel”


Antes de acabar el año, me apetece compartir experiencia y reflexión, llevada a cabo durante un tiempo.

Hace unos meses, tuve la oportunidad de compartir, con padres y profesionales catalanes, lo que el grupo de alumnos de bachillerato y de secundaria, que nos acompañaban en una jornada organizada para reflexionar sobre la educación, concretamente en la etapa de secundaria,  pensaban del sistema educativo.

La propuesta de la jornada, en general, fue  apostar  por una humanización de la enseñanza secundaria.Mirando respuestas de alumnos en estas edades, no solo de los que allí estaban, observamos que “se encuentran atrapados en las aulas”, “Aburridos, estresados e ignorados” “atendidos por adultos que no les gustan”.

Ante esto, reflexionamos sobre el sistema y llegamos a la conclusión de que los alumnos están cansados del mismo. El aburrimiento les agota psicológica y físicamente y esto hace que den la espalda al sistema, con padres y profesores incluidos. La siguiente conclusión fue que, tanto los espacios físicos, como las personas que les atienden no tienen en cuenta las vidas e intereses de los chicos.

Hay que diseñar espacios diferentes y planes de estudios abiertos y cercanos, para que sean ellos quienes los trabajen con motivación.

Las escuelas y los espacios físicos no pueden ser iguales si los contextos y los intereses son diferentes. No se pueden trabajar todas las áreas en el mismo espacio/clase, entre otras cosas porque todas ellas deberían globalizarse, trabajando por proyectos y saliendo al entorno, fuera del colegio.

El diseño de los edificios escolares y su ubicación es inapropiada, pertenece al diseño arquitectónico del siglo XIX, nada que ver con las necesidades, la visión y las expectativas del alumno.

Otra de las conclusiones fue que la actitud de los alumnos no está directamente relacionada con la procedencia social, ni el colegio de origen
La mayoría de los alumnos,  no saben lo que saben, ni por qué hacen lo que hacen. No se conocen a sí mismos, ni conocen a los compañeros con los que conviven y les pasa, a menudo,  por la cabeza, el abandonar sus estudios porque no encuentran sentido al estudio, independientemente de la procedencia de los mismos.

Esto nos lleva a otra conclusión y es que hay que cambiar la escuela. TODA LA ESCUELA y en todos sus rincones.

Hay que hacer escuelas en las que los chicos se encuentren a sí mismos, se quieran como son y se acepten y cooperen entre ellos. En las que se pueda disfrutar de espacios para la reflexión, las experiencias  y el trabajo compartido con todos sus profesores y con todos los alumnos del centro.

Tanto los padres como los docentes, allí reunidos, estuvimos de acuerdo en que NO PODEMOS ESPERAR DECISIONES POLÍTICAS, somos los profesores, apoyados por las familias, los que tenemos que dar respuesta a esta situación. No podemos seguir encarcelando a los alumnos  en las aulas.

La educación necesita, por encima de todo, a profesores innovadores, creativos y sobre todo valientes y a familias críticas, comprometidas, solidarias  y proactivas.

Tras un largo día de experiencias compartidas y de mucho intercambio, salimos con la decisión tomada de que hay que manifestarse y hay que hacerlo creando lazos y sinergias entre los docentes y los centros que estamos por el cambio de paradigma educativo en España.

Hoy no hay fronteras para los valientes y sí, muchos cabos a los que agarrarse, aún en medio de la tormenta.

El principal cabo, el optimismo compartido con la esperanza de que todo cambia, si mi actitud cambia.

Hay que probar cosas nuevas, hay que aprender de otros que ya las hacen, hay que implementar nuevos procesos que canalicen y aumenten la creatividad en el profesor y l iniciativa en las familias.

Todo es fácil si establecemos alianzas para aprender y compartir experiencias.

¿Si estamos conectados. Por qué no nos comunicamos?

Apostemos por crear una red de maestros y profesores creativos y valientes, cuyo objetivo sea transformar la escuela en la que trabajan; desde los espacios físicos, hasta la organización de equipos, horarios, contenidos, objetivos etc.
Compartamos nuestras experiencias y logros.

Ayudemos a los que lo puedan tener más complicado.

Conectemos a los alumnos para que ellos también compartan el qué y el cómo quieren  aprender.

Posibilitemos intercambios reales, entre colegios, con profesores y alumnos, en colaboración con las familias.

¡Por favor! ¡Hagamos algo!
Estamos perdiendo a los chicos.

Mientras los profesores y padres  estamos estáticos, por miedo a equivocarnos, ellos se sienten abandonados  y optan por dejar de hacer e incluso `por abandonar sus estudios.

Cualquier cosa antes que seguir como estamos.

Puedo asegurar que los chicos lo piden a gritos. Así nos lo manifestaron al final de esta emocionante jornada, con sus directas y emotivas comunicaciones.


Mª Dolores González Valverde




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